Una de las cosas que tiene ver películas de serie Z del año de la polca es descubrir, de tanto en tanto, algunas muchachas de las que envidiarías algo. Para el caso, algo físico, por más que en los entes
idealia que tengo en la entremente sus leyes se vean algo desafiadas, ya me entienden. El caso, voy a dar con el casposísimo bodriete titulado
Space Thing, un
softcore con ambientación ci-fi de 1968, y allí me encuentro con una entonces joven llamada
Cara Peters, alias
April Playmate, alias
Cara Loren, alias
Carol Peters, quien al parecer hizo su carrera en el cine apareciendo en títulos tan olvidados como
Suburban Pagan,
Mantis in Lace (aunque su intervención fue eliminada, al parecer, del montaje final, una pena),
Mondo Mod o
Whip's Women, amén de salir mostrando atributos, corriendo en plena naturaleza, en uno de los festivales ctónico-neumáticos del inefable
Russ Meyer,
Good Morning... and goodbye!
Me preguntarán quizá qué es lo que hace especial a esta
starlette de serie-menos-Z; les contesto con esta perla que encuentro en su página en
IMDB:
Trade Mark
Large conical ("missile nose cone" shaped) breasts
No es que sea la única. Será cosa de los sostenes de la época, auténticas armaduras capaces de mantener en horizontal prácticamente cualquier cantidad de masa orgánica, o algo que les echarían a las muchachas en el desayuno, no sé, pero digamos que ese modelo se estilaba, a juzgar por lo que he podido investigar en páginas de
vintagismo frescales de aquí y allá, una cosa apasionante, oigan. Pero es que, sin ser exactamente guapa -o eso creo yo-, esa cara de yo-me-como-a-cuatro-como-tú-para-desayunar- y-me-sobra-para-hacerme-un-bolso, ese físico con más curvas que una carretera en el Himalaya, y esos misiles tierra-aire trazados a escuadra y cartabón, nos brindan un tipo femenino de los que apenas se ven ya, si no fuera por los milagros de la internete y el frikismo voyeurista, claro está.
Estas capturas no terminan de hacerle justicia a la Peters, entre otras cosas porque hay imágenes mucho más edificantes en la cinta, pero qué menos que dejarlo a la imaginación. O a san Google, ustedes verán si comparten el gusto.