Sin haber visto -todavía- la versión original del gran George A. Romero, he visto este remake de una peli casi olvidada del patriarca zombi: The Crazies. Tenía ganas de ver algo "de género", y ésta se me ha puesto a tiro, así que mira. Y bueno... Hay de cal y de arena, así que a ver por dónde empiezo.
Lo primero: supongo que se agradece, en parte, ver una peli de terror -más o menos, que creo que ya no sé muy bien qué significa esa etiqueta, si es que significó algo alguna vez- contemporánea rodada de manera sobria, sin la tan traída y llevada "cámara epiléptica" que hizo estragos en la saga 28 días después - 28 semanas después, sin las truculencias ultragore tipo Saw, y sin adolescentes chorras y cabezahuecas huyendo del slasher de turno y tal. No, esta The Crazies tiene casi pinta de haberse rodado hace muuucho tiempo, y apuesta por la narrativa cinematográfica clásica, el montaje coherente y nada videoclipero, las tomas que enmarcan la acción y dosifican la apertura del plano según el momento, esas cosas. En algunos aspectos me ha recordado bastante a la también reciente Infectados, que curiosamente también vendría a ser una especie de "peli de zombis sin zombis"... Aunque si allí ya me quejaba de que me había parecido un muchillo sosa, pues con esta The Crazies no te digo. Si es que casi podría copypastear aquel comentario y ponerlo aquí y, mutatis mutandis, apañado. De todos modos, prefiero la que les comento hoy por algunos detallitos que verán en seguida.
Bueno, lo peor de la peli es que es relativamente predecible, repite recursos que ya hemos visto demasiadas veces sin variación apenas (el malo en segundo plano a lo Michael Myers, el "susto del gato", el compañero-guay-que-se-sacrifica, ya saben), y, en general, aportar lo que se dice aportar, pues bien poco. Vamos, que al final se hace algo aburridilla, con momentos algo más entretenidos y otros en los que casi podrías ponerte a clapar. En el fondo no es que todo esto sea malo, porque la peli está bien contada y cumple con lo que pretende ser, una cosilla medio de serie B para pasar el rato y a otra cosa. Que es una peli honrada, vamos: lo que ves es lo que hay, no hay moralinas, no hay pretensiones culturetas, no hay reinvenciones del lenguaje cinematográfico ni discurso "de autor". Y por esto es por lo que creo que, al final, termina siendo mejor, para mí, que aquella Infectados que nombraba antes, a la que le sobra pelín de pseudoanálisis de la naturaleza humana y, en general, infulillas. Tampoco es que nos quisieran vender un Bergman, así que no es que hubiera para tanto, pero vamos, que comparando las dos pelis que les digo sí se nota la diferencia. O eso me he montado yo en la cabeza, vaya.
No me alargo que ni la peli ni yo damos para más: según tengan las expectativas y según lo habituados o habituadas que tengan las tragaderas a este tipo de cine, así les irá. Un buen -mal- rato no está garantizado todo el metraje, pero algún ratico igual sí, al menos. Yo tengo la impresión de que dentro de nada ni recordaré haberla visto, como me ha pasado con tantas pelis ni mejores ni peores que ésta. Hasta que la memoria regrese del archivo de este blog, cual magdalena proustiana, para humillarme a mí misma con la relectura, como también me ha pasado tantas veces. Así que aprovecho para dejarle un mensaje a esa Perse del futuro: ¡aprende a escribir, petarda!
Lo primero: supongo que se agradece, en parte, ver una peli de terror -más o menos, que creo que ya no sé muy bien qué significa esa etiqueta, si es que significó algo alguna vez- contemporánea rodada de manera sobria, sin la tan traída y llevada "cámara epiléptica" que hizo estragos en la saga 28 días después - 28 semanas después, sin las truculencias ultragore tipo Saw, y sin adolescentes chorras y cabezahuecas huyendo del slasher de turno y tal. No, esta The Crazies tiene casi pinta de haberse rodado hace muuucho tiempo, y apuesta por la narrativa cinematográfica clásica, el montaje coherente y nada videoclipero, las tomas que enmarcan la acción y dosifican la apertura del plano según el momento, esas cosas. En algunos aspectos me ha recordado bastante a la también reciente Infectados, que curiosamente también vendría a ser una especie de "peli de zombis sin zombis"... Aunque si allí ya me quejaba de que me había parecido un muchillo sosa, pues con esta The Crazies no te digo. Si es que casi podría copypastear aquel comentario y ponerlo aquí y, mutatis mutandis, apañado. De todos modos, prefiero la que les comento hoy por algunos detallitos que verán en seguida.
Bueno, lo peor de la peli es que es relativamente predecible, repite recursos que ya hemos visto demasiadas veces sin variación apenas (el malo en segundo plano a lo Michael Myers, el "susto del gato", el compañero-guay-que-se-sacrifica, ya saben), y, en general, aportar lo que se dice aportar, pues bien poco. Vamos, que al final se hace algo aburridilla, con momentos algo más entretenidos y otros en los que casi podrías ponerte a clapar. En el fondo no es que todo esto sea malo, porque la peli está bien contada y cumple con lo que pretende ser, una cosilla medio de serie B para pasar el rato y a otra cosa. Que es una peli honrada, vamos: lo que ves es lo que hay, no hay moralinas, no hay pretensiones culturetas, no hay reinvenciones del lenguaje cinematográfico ni discurso "de autor". Y por esto es por lo que creo que, al final, termina siendo mejor, para mí, que aquella Infectados que nombraba antes, a la que le sobra pelín de pseudoanálisis de la naturaleza humana y, en general, infulillas. Tampoco es que nos quisieran vender un Bergman, así que no es que hubiera para tanto, pero vamos, que comparando las dos pelis que les digo sí se nota la diferencia. O eso me he montado yo en la cabeza, vaya.
No me alargo que ni la peli ni yo damos para más: según tengan las expectativas y según lo habituados o habituadas que tengan las tragaderas a este tipo de cine, así les irá. Un buen -mal- rato no está garantizado todo el metraje, pero algún ratico igual sí, al menos. Yo tengo la impresión de que dentro de nada ni recordaré haberla visto, como me ha pasado con tantas pelis ni mejores ni peores que ésta. Hasta que la memoria regrese del archivo de este blog, cual magdalena proustiana, para humillarme a mí misma con la relectura, como también me ha pasado tantas veces. Así que aprovecho para dejarle un mensaje a esa Perse del futuro: ¡aprende a escribir, petarda!