Hace unos días vi por la tele esta película, de rebote -ni sabía que la iban a echar, ni tenía interés alguno en verla-. Bueno, lo primero: ver a Will Smith en el reparto de una cita ya me tira para atrás a priori, que una todavía no se ha recuperado de la vomitona de Independence Day y Dos policías rebeldes (otro día les cuento por qué, por cuestiones de curro, me tuve que tragar más de una vez el segundo bodrio... y de cierta escenita ocurrida en el cine al final de la primera que tengo clavada, por desgracia). Pero, eh, hace un caramullo de años me leí una recopilación, editada por Martínez Roca, que contenía todos los relatos de robots de Isaac Asimov (incluyendo el puñado que iba en la famosa antología Yo, robot que da nombre a esta peli), y tengo muy buenos recuerdos de aquellos cuentos mediocremente escritos, pero ingeniosos y adictivos como pocos. Claro, en un blockbuster con Will Smith a la cabeza "ingenioso" no me parecía que fuera a ser el caso... Y tranquilos, que no lo es.
Pero sale un personaje que se llama Susan Calvin. Si han leído los relatos de Asimov y no se han enamorado hasta las cachas de ese antipatiquísimo personaje, es que no tienen aceite en sus engranajes. Y salen las tres leyes de la robótica. Bueno, y hasta aquí, básicamente, las similitudes. Alguna cosilla más hay, pero vamos, que la historia creo que no tiene demasiado que ver, aparte de que salen robots, alguna situación y tal. Lo demás es más de lo mismo, un estilo, no sé, Transformers o alguna de las que citaba arriba: tiros, persecuciones, efectos especiales, esas cosas. Will Smith haciéndose el gracioso, ya saben. Un poco más de trama de lo habitual, quizá, pero con unos agujeracos argumentales por los que pasa el puño.
Total: el rato habitual de entretenimiento con el encefalograma semiplano. Nada que decir, hasta que al final, en los créditos, veo un nombre: Alex Proyas. Entonces es cuando se encienden las alarmas: ¿Alex Proyas? ¿El tipo que hizo la quizá-algo-sobrevalorada-pero-de-culto El cuervo, y la nada-sobrevalorada-y-en-cambio-peliculón-de-superculto Dark City? Bueeeeno. El hombre tiene que comer, y a ver quién le dice que no a una superproductora de esas para que les dirijas uno de sus blockbusters. Total, tú te sientas detrás de la cámara, le das un par de chistes a Will Smith, y el resto te lo hace el departamento de efectos especiales y demás técnicos. ¿O qué?
Queda pendiente, quizá, para otro día, recordar Dark City. Una peli más que interesante de un director que no parece haber vuelto a seguir ese camino (veo en la Wikipedia que lo que ha seguido no tiene en absoluto buena pinta, sin haberse salido del fantástico). Cruzo los dedos porque alguien le deje la pasta para hacer alguna cosilla más personal y volver a sus "orígenes". Aunque ese Yo robot, ya les digo, tampoco haya estado tan mal.
Pero sale un personaje que se llama Susan Calvin. Si han leído los relatos de Asimov y no se han enamorado hasta las cachas de ese antipatiquísimo personaje, es que no tienen aceite en sus engranajes. Y salen las tres leyes de la robótica. Bueno, y hasta aquí, básicamente, las similitudes. Alguna cosilla más hay, pero vamos, que la historia creo que no tiene demasiado que ver, aparte de que salen robots, alguna situación y tal. Lo demás es más de lo mismo, un estilo, no sé, Transformers o alguna de las que citaba arriba: tiros, persecuciones, efectos especiales, esas cosas. Will Smith haciéndose el gracioso, ya saben. Un poco más de trama de lo habitual, quizá, pero con unos agujeracos argumentales por los que pasa el puño.
Total: el rato habitual de entretenimiento con el encefalograma semiplano. Nada que decir, hasta que al final, en los créditos, veo un nombre: Alex Proyas. Entonces es cuando se encienden las alarmas: ¿Alex Proyas? ¿El tipo que hizo la quizá-algo-sobrevalorada-pero-de-culto El cuervo, y la nada-sobrevalorada-y-en-cambio-peliculón-de-superculto Dark City? Bueeeeno. El hombre tiene que comer, y a ver quién le dice que no a una superproductora de esas para que les dirijas uno de sus blockbusters. Total, tú te sientas detrás de la cámara, le das un par de chistes a Will Smith, y el resto te lo hace el departamento de efectos especiales y demás técnicos. ¿O qué?
Queda pendiente, quizá, para otro día, recordar Dark City. Una peli más que interesante de un director que no parece haber vuelto a seguir ese camino (veo en la Wikipedia que lo que ha seguido no tiene en absoluto buena pinta, sin haberse salido del fantástico). Cruzo los dedos porque alguien le deje la pasta para hacer alguna cosilla más personal y volver a sus "orígenes". Aunque ese Yo robot, ya les digo, tampoco haya estado tan mal.
4 commentaires:
Creo que no es usted muy partidaria de Will Smith, pero debe reconocerme que en "Soy leyenda" marca un registro diferente. Y acaso no le parece, al menos, inquietante ese final de "I robot" cuando se retiran todos los robots y Sony vuelve la cabeza, señal inequivoca de una posible rebelión.
LA GUARIDA DEL EREMITA
"Poco partidaria" es decir poco. Y reconozco, reconozco, pero también digo que eso no le hizo mejorar ante mis ojos, precisamente (me aburrí mucho viendo "Soy merienda"). Gustos y colores, ya sabes. Y sobre el final de Yo, robot... Bueeeno. Es un detalle, dejarlo mínimamente abierto. No he dicho, por lo demás, que la peli necesitase defensa: no me parece mala, me parece lo que es desde su concepción: un blockbuster. A mí este tipo de pelis me gustan o no, pero si me gustan me hacen pasar el rato, que no es poco. Aunque puestos a elegir, me quedo con la citada Dark City. Ese sí, para mí, peliculón.
Saludines.
Si, ya saben lo que dicen, que antes de Matrix fue Dark City. Incluso existe una película de temática parecida "Nivel 13" pero inferior al film de Proyas.
También hay muchos "parecidos de familia" entre Matrix y Los Invisibles de Morrison... Recuerdo haber leído por ahí que, al parecer, el bueno de Grant estaba algo molesto por que los Wah Wahchoski no hubieran reconocido ese "parecido, influencia, homenaje o taquiones". Los errores en la Matrix, ya se sabe... De todos modos, si nos ponemos a sacar referentes a Matrix, nos pegamos una jartá.
Enregistrer un commentaire