Ashley Wood es un artista curioso. Curioso entre otras cosas porque hace comics. No por el hecho en sí, sino porque su estilo no es precisamente lo que uno espera encontrar en un tebeo. Yo diría que como ilustrador es un tipo la mar de interesante, pero por lo que hace a su coherencia gráfica, a su narrativa, a la nitidez de sus dibujos, desde una perspectiva "clásica"... Pues un desastre. Una, que tiende a dibujar lo que le da la gana, parece, pasando un poco de la historia. Otra, que a veces tienes la impresión de que le publican sus cuadernos de bocetos, que los garabatea en servilletas y luego los termina de enmarranear con el Photoshop o al óleo. Y más, que igual te hace un dibujo de un realismo cuasi-fotográfico como te dibuja cuatro palotes, o bien una sarta de manchurrones indescifrables. En una palabra: que es más raro que un perro verde. Dentro de cierta estirpe, digamos, que incluiría a gente como Bill Sienkiewicz, Dave McKean o Ben Templesmith. Vaya grupito.
De todos modos, ya les digo que como artista de cómic es de los que deja a los lectores, acostumbrados a cosas más convencionales, con los ojos girando dentro de las órbitas. Mi planteamiento es sencillo: si me compro un cómic dibujado por el bueno de Ashley Wood me hago a la idea de que estoy adquiriendo un libro de ilustraciones más que otra cosa. Y miro los dibujines, y trato de seguir la historia con el rabillo del ojo, pero como un plus a las ilustraciones y no como lo importante; qué remedio. Todavía me entra la risa floja al pensar en los pobrecitos lectores de los X-Men cuando se encontraron con cierto anual de la serie, guionizado también por Joe Casey y perpetrado en lo gráfico por nuestro Ashley Wood, en formato apaisado y technilisergicolor... Todavía hay quien no se ha recuperado de la experiencia. Pobrecicos.
Por el otro lado tenemos a Joe Casey, un guionista multifacético que se ha prodigado bastante por el mainstream yanqui escribiendo algunas de las series punteras de las grandes editoriales del lugar (como X-Men, Superman, Flash, Batman, Hulk, Iron Man...), con resultados y recepción irregular tanto por parte de la crítica como del público. Más interesantes sin duda son otro tipo de obras que ha firmado, más personales, las cuales, generalmente fracasos por lo que hace a las ventas, han conquistado en mayor o menor medida a un cierto tipo de público adquiriendo un status, diríamos, de series "de culto"; pueden mencionarse sus WildCATS 3.0, la serie en curso Gødland (una especie de homenaje desatado al Kirby más ídem) o este Automatic Kafka.
Y es que Norma Editorial nos ha traído, recopilado en un bonito -y caro- tomo en tapa dura, los nueve números de los que constó la serie hasta que fue inevitablemente cancelada. No es que no estuviera cantado, pero... En fin, el tiempo pone las cosas en su sitio -o eso dicen-, con lo que ahora tenemos excusa para reivindicar esta serie que pasó bastante desapercibida en su momento y que es, en mi frikísima opinión, una auténtica joyita del raruzquismo más bizarre y psicotrónico.
Pelín de historia -o de extrahistoria-: allá por 2001, Wildstorm (un subsello de DC, antes integrado en Image pero comprado después por la primera) llevó a cabo una más de sus reinvenciones en busca del éxito perdido, a la que llamaron Eye of the Storm y cuya premisa básica fue la de editar una serie de comics de superhéroes "para adultos". Comercialmente no tuvieron mucha más suerte de la que han tenido estos últimos años, pero en lo artístico sí hubo grandes aciertos: particularmente los ya citados Automatic Kafka y WildCATS 3.0 de Casey, además de Point Blank y Sleeper de Ed Brubaker y Sean Phillips (uno de mis tebeos de cabecera, otra maravilla que también rescató Norma, tras su publicación en grapa por Planeta, en tomos). Por lo que hace a Automatic Kafka, al parecer a Casey le prometieron que verían la luz al menos doce números, pero finalmente le obligaron a poner un abrupto y anticipado punto final en el número nueve...
Y, ¿de qué va el tebeo? Pues, siguiendo la premisa de "superhéroes para adultos", nos presenta una historia en principio crepuscular, con antiguos superhéroes retirados y malviviendo en unas cosas u otras. Tenemos un robot yonqui con problemas de identidad, una bruja con más de un secreto que extrae su magia de la actividad sexual (no saben el juego que da esto), un ultrapatriota bastante chalado que, entre otras cosas, rueda el gangbang más gonzo de la historia (no se hagan los tontos y no me digan que no saben qué son esas palabrejas)... También tenemos concursos de televisión donde la supervivencia no es una opción, organizaciones maquiavélicas en la sombra, una de las rupturas de la cuarta pared más brutales que recuerdo, merchandising y publicidad a lo bestia, bebés bomba, un tipo con una galaxia por cabeza... En fin, que Joe Casey recoge un montón de conceptos más o menos extremos y los mezcla en una historia ingeniosa, bien hilvanada -hasta su ruptura por causas ajenas a su voluntad, claro... pero es que el cierre es un broche de oro metatextual, con perdón, francamente genial-, con personajes muy interesantes (¡lástima que no tuviera más espacio para desarrollarlos!) y unos diálogos muy conseguidos. Hipnótica, cautivadora, freaky; no será everybody's cup of tea, pero sí un tebeo para la galería de los horrores de la Perse.
El caso es que Casey parece haberle contagiado algo de la importancia de la historia al caos reptante Ashleythootep, el cual está algo más por la narrativa, algo más comprensible que en otras obras suyas. Algo más, tampoco rollo García López, no se vayan a pensar. De todos modos su dibujo le pega singularmente a esta historia, cuyo resultado final es, creo yo, uno de los momentos más memorables del cómic raruzco y pasado de vueltas que esta frikita recuerda. Al nivel, diría yo, de Ed el payaso feliz de Chester Brown, El garage hermético de Moebius, Como un guante de seda forjado en hierro de Daniel Clowes o Succión de Dave Cooper. Palabras mayores, ya ven. Y encima, en forma de gol por toda la escuadra a la casa madre DC, en un momento y en un contexto que no estaba como para esos bailes (me pregunto qué habría ocurrido de salir el cómic bajo la etiqueta Vertigo)...
En fin, que si quieren saber cómo sobrevivir a un reality show, ver a un robot haciéndole cositas feas a una bruja, o descubrir quién maneja los hilos de la realidad, no se pierdan esta trastada mayúscula. Preparen los antipsicóticos... y después no digan que no les avisé.
De todos modos, ya les digo que como artista de cómic es de los que deja a los lectores, acostumbrados a cosas más convencionales, con los ojos girando dentro de las órbitas. Mi planteamiento es sencillo: si me compro un cómic dibujado por el bueno de Ashley Wood me hago a la idea de que estoy adquiriendo un libro de ilustraciones más que otra cosa. Y miro los dibujines, y trato de seguir la historia con el rabillo del ojo, pero como un plus a las ilustraciones y no como lo importante; qué remedio. Todavía me entra la risa floja al pensar en los pobrecitos lectores de los X-Men cuando se encontraron con cierto anual de la serie, guionizado también por Joe Casey y perpetrado en lo gráfico por nuestro Ashley Wood, en formato apaisado y technilisergicolor... Todavía hay quien no se ha recuperado de la experiencia. Pobrecicos.
Por el otro lado tenemos a Joe Casey, un guionista multifacético que se ha prodigado bastante por el mainstream yanqui escribiendo algunas de las series punteras de las grandes editoriales del lugar (como X-Men, Superman, Flash, Batman, Hulk, Iron Man...), con resultados y recepción irregular tanto por parte de la crítica como del público. Más interesantes sin duda son otro tipo de obras que ha firmado, más personales, las cuales, generalmente fracasos por lo que hace a las ventas, han conquistado en mayor o menor medida a un cierto tipo de público adquiriendo un status, diríamos, de series "de culto"; pueden mencionarse sus WildCATS 3.0, la serie en curso Gødland (una especie de homenaje desatado al Kirby más ídem) o este Automatic Kafka.
Y es que Norma Editorial nos ha traído, recopilado en un bonito -y caro- tomo en tapa dura, los nueve números de los que constó la serie hasta que fue inevitablemente cancelada. No es que no estuviera cantado, pero... En fin, el tiempo pone las cosas en su sitio -o eso dicen-, con lo que ahora tenemos excusa para reivindicar esta serie que pasó bastante desapercibida en su momento y que es, en mi frikísima opinión, una auténtica joyita del raruzquismo más bizarre y psicotrónico.
Pelín de historia -o de extrahistoria-: allá por 2001, Wildstorm (un subsello de DC, antes integrado en Image pero comprado después por la primera) llevó a cabo una más de sus reinvenciones en busca del éxito perdido, a la que llamaron Eye of the Storm y cuya premisa básica fue la de editar una serie de comics de superhéroes "para adultos". Comercialmente no tuvieron mucha más suerte de la que han tenido estos últimos años, pero en lo artístico sí hubo grandes aciertos: particularmente los ya citados Automatic Kafka y WildCATS 3.0 de Casey, además de Point Blank y Sleeper de Ed Brubaker y Sean Phillips (uno de mis tebeos de cabecera, otra maravilla que también rescató Norma, tras su publicación en grapa por Planeta, en tomos). Por lo que hace a Automatic Kafka, al parecer a Casey le prometieron que verían la luz al menos doce números, pero finalmente le obligaron a poner un abrupto y anticipado punto final en el número nueve...
Y, ¿de qué va el tebeo? Pues, siguiendo la premisa de "superhéroes para adultos", nos presenta una historia en principio crepuscular, con antiguos superhéroes retirados y malviviendo en unas cosas u otras. Tenemos un robot yonqui con problemas de identidad, una bruja con más de un secreto que extrae su magia de la actividad sexual (no saben el juego que da esto), un ultrapatriota bastante chalado que, entre otras cosas, rueda el gangbang más gonzo de la historia (no se hagan los tontos y no me digan que no saben qué son esas palabrejas)... También tenemos concursos de televisión donde la supervivencia no es una opción, organizaciones maquiavélicas en la sombra, una de las rupturas de la cuarta pared más brutales que recuerdo, merchandising y publicidad a lo bestia, bebés bomba, un tipo con una galaxia por cabeza... En fin, que Joe Casey recoge un montón de conceptos más o menos extremos y los mezcla en una historia ingeniosa, bien hilvanada -hasta su ruptura por causas ajenas a su voluntad, claro... pero es que el cierre es un broche de oro metatextual, con perdón, francamente genial-, con personajes muy interesantes (¡lástima que no tuviera más espacio para desarrollarlos!) y unos diálogos muy conseguidos. Hipnótica, cautivadora, freaky; no será everybody's cup of tea, pero sí un tebeo para la galería de los horrores de la Perse.
El caso es que Casey parece haberle contagiado algo de la importancia de la historia al caos reptante Ashleythootep, el cual está algo más por la narrativa, algo más comprensible que en otras obras suyas. Algo más, tampoco rollo García López, no se vayan a pensar. De todos modos su dibujo le pega singularmente a esta historia, cuyo resultado final es, creo yo, uno de los momentos más memorables del cómic raruzco y pasado de vueltas que esta frikita recuerda. Al nivel, diría yo, de Ed el payaso feliz de Chester Brown, El garage hermético de Moebius, Como un guante de seda forjado en hierro de Daniel Clowes o Succión de Dave Cooper. Palabras mayores, ya ven. Y encima, en forma de gol por toda la escuadra a la casa madre DC, en un momento y en un contexto que no estaba como para esos bailes (me pregunto qué habría ocurrido de salir el cómic bajo la etiqueta Vertigo)...
En fin, que si quieren saber cómo sobrevivir a un reality show, ver a un robot haciéndole cositas feas a una bruja, o descubrir quién maneja los hilos de la realidad, no se pierdan esta trastada mayúscula. Preparen los antipsicóticos... y después no digan que no les avisé.
5 commentaires:
hola.. lo vi en la tienda ayer pero es q 22 leuris... picaban... aunque si dices que vale la pena... al final acabé pillándome el mitos de marvel que la verdad voy x la mitad y no está mal..no deja de ser la enésima revisión de los origenes de los personajes clave de marvel pero las ilustraciones de Paolo Rivera son una pasada. bueeeno..un saludín dsd alicanteee :)
m an u .
Sí, no digo que sea barato, aunque "barato" y "caro" en estas cosas sean bastante relativos (por ejemplo, para mí un tebeo de los Vengatas de Bendis, por poner un ejemplo, es caro aunque me lo vendan a peseta; ya nos entendemos). Yo lo recomiendo, el Automatic Kafka, con la boca pequeña, en realidad, que es raruzco de narices onemoretime y ya digo que no es para todo el mundo. Y es que una tiene los gustos que tiene, qué vamos a hacerle.
El Mitos lo estuve hojeando y es verdad que el dibujo es como muy majo y tal, pero me hace pereza volver a leer el origen de unos personajes que tengo demasiado conocidos... Pero me alegro de que lo acertaras y te esté gustando.
Besico!
Yo tengo los comic-books originales. Eran de la época en la que Casey estaba considerado la re-hostia. Supongo que este tipo de trabajos poco amigos de las grandes ventas fueron los que lo alejaron de la esfera "Hot".Y ahora ni falta que le hace estar en el candelero; como co-creador de "Ben 10" le deben salir los millones por las orejas.
A decir verdad, pillaba Automatic Kafka por inercia, y al final creo que solo leí dos números. Será cosa de rescatarla de alguna oscura esquina del desván y ponerme en serio con ella.
Lo he tenido hace un rato en las manos, durante una pasada relampago por el fnac, pero entre el dibujo que no me ha terminado de convencer(curioso, al primer vistazo de no saber ya de quien era yo hubiese dicho automaticamente Ben Tempelsmith) y el precio, que mirando inquisitivamente la cartera y haciendo cabalas sobre lo que aun queda de feria... al final, he terminado picando una chucheria de Shirow, ahora bien, esta reseña, en cuanto a su guion, me hace replantearme positivamente su compra finalmente en la proxima visita a la libreria, joer que dificil es esto de hacer compras con fundamento despues de leer algunas reseñas, con lo facil que resultaba el consumismo ciego de antaño. :P
Intramuros, tienes un tesoro en tu cole sin saberlo, de verdad. Quizá se lea mejor ahora, pasados unos años... Que una tiene la impresión de que el mainstream lleva una temporada -larguita- bastante mediocre, lejos de aquel ¿lejano? principio de siglo que nos traía la X-Force de Milligan, la Alias de Bendis (Bendis haciendo comics buenos, quién lo diría ahora), el Hulk de Azzarello y Corben, los X-Men de Morrison... Y este Automatic Kafka, entre otras cosas.
guevillos, hombre, Shirow, ese paradigma del pero-qué-te-has-fumado-tío. Si te mola el nipón, yo me atrevería también con el Automatic Kafka. Vale que el dibujo está en las antípodas -o no tanto, sería cosa de discutirlo-, pero el subidón de tripisterona te lo da igual.
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Besicos to you.
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