mardi 8 juin 2010

Matando cucarachas

Cucaracha
Vale, en el suelo de mi casa no es que se puedan comer sopas precisamente. Y si pasas el dedo por encima de mis tebeos -envueltos en fundas acid free, impepinable- vas a dejarte la yema negra, tú mismo. Y la cama la hago antes de acostarme. A veces. O sea, cuando no soy capaz de desenredar la sábana del cobertor y la funda del colchón de un tirón para taparme. Es que le tengo alergia al polvo -al que flota en el aire, eh- y siempre se me ocurren un millón de cosas más interesantes que hacer antes que pasar el mocho. Cosas como, um, leer, mirar mis action figures, procastinar en la red, dormir, tal vez soñar. Suerte que nunca faltan allegados cuya devoción les fuerza a eliminar la montaña de platos sucios de la pica cuando te visitan. Suerte que soy capaz de inventar millones de coartadas intelectuales para el caos casero y el inexorable avance de la entropía. Es que si ordeno luego no encuentro las cosas. Para qué hacer la cama si total al acostarte la vuelves a deshacer. Un cigarrillo más y luego friego los platos. En cuando termine de escribir este post paso el plumero. Créanselo.

El caso es que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad. Por acción o por omisión, las consecuencias del uso del poder se abaten sobre nosotros, oh frágiles mortales. Así que estoy sufriendo un plaga de cucarachas. Anteanoche maté dos sobre el banco de la cocina, una de un diestro zapatazo, la otra ahogada con jabón dentro de la pica -milagrosamente vacía- en la que conseguí, tras épica persecución, arrinconarla. Anoche otra, en el mismo lugar, y nuevamente por el siempre seguro método de zapatazo y tentetieso. Y esta mañana el cadáver patas arriba de otra desdichada estaba sobre el banco maldito, víctima, sin duda, de las trampas que arteramente distribuí estratégicamente por mi cocina la noche anterior. Cuatro víctimas de la combinación de desidia y naturaleza. Da para jeremiadas y elegías. Otro día.

Les dejo con la perfecta síntesis de cucarachas y frikismo y me voy, como decía, a pasar el plumero.

¡Vaya! ¡Tengo unos tweets sin leer!


La imagen la saqué de aquí.

5 commentaires:

miquel zueras a dit…

Hola, Perse. Trabajé en un restaurante que parecía aquella película "El cuchitril de Joey". Encendíamos el horno y al poco rato oías un pop-pop como de palomitas... eran las cucarachas que explotaban con el calor. Ecs. Suerte con tu plaga, espero que la controles. Borgo.

ElRinconDelTaradete a dit…

No hay bicho más asqueroso que las curachas DAN UN ASCO terrible incluso al matarlas. Por mi trabajo bajo a sotanos y veo algunas. Siempre me pego un susto con estos seres. Si las tienes en casa es una mierda. Dicen que se hay muchas más de las que se ven. Asi que empleate a fondo con los productos radiactivos o estas jodida. Es un mal rollo ir a la cocina y tener sorpresas. Solo de pensarlo ya me coje repelus...Bufff. Tenias que haber ilustrado el articulo con cuna Cucaracha de Tato del gran Monteys!!

La Perse a dit…

miquel, lo que cuentas del restaurante (¿seguro era un restaurante? jopetas) me parece de antología. Del horror. Qué p*** asco. Y gracias por los buenos deseos, a ver si las trampas funcionan o qué.

Taradete, por eso a una la ahogué en jabón; es una técnica que uso si consigo arrinconar alguna, para no tener que darle matarile a zapatazos, que el catacrecrocket que hacen al petarlas me ho-rri-pi-la. Y es que a mí también me dan un asco, más desde que, adolescente, desperté a medianoche con una recorriéndome el cuello; no hay Freud que me saque el trauma. Argh. Ah, y la imagen fue lo primero no-excesivamente-desagradable que encontré vía Google, no me he matado mucho, no. Lo de Monteys hubiera estado bien, sí, pero si soy perraca para pasar el mocho imagina para buscar fotos...

Saludines.

kozmicbooks a dit…

Que bueno que era ese disco de Daniel Higiénico. Había otra canción muy divertida que se llamaba "Ya no estoy seguro" y el estribillo decía:

Enfermera deme más, por favor
Pastillas de ese raro color
Enfermera deme doble ración
Si no quiere que me chive al doctor
Que le da a la cocaína
Que la he visto yo!

La Perse a dit…

Yo compré ese disco y un par más de la misma época, y los tengo bastante escuchados. Las letras son francamente geniales... A Daniel también lo he visto un par de veces tocar en directo y hacer sus espectáculos... La última vez llegué tarde y me lo encontré en la barra del bar, justo al final de su concierto. Por lo menos pude hablar un poco con él...

Saludines.

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