Podría devanarme pensando que pueden favorecerse las excrecencias, pero las alucardas afilan los incisivos frotando los molares; hasta esos extremos pudiera llegarse.
Sobre lo que me preguntas, te diría que tal vez, en otra ocasión, cuando les hayas dado algo suficientemente pegajoso.
"Aquí no nos tratan mal. O sí, pero no nos damos cuenta".
Tienes un cordón desabrochado.
vendredi 9 juillet 2010
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