Cuando nos tenían bajo las duchas se soltaba una agudeza peculiar, un poco afuera, lo cual es sintomático. No guardo rencor, ni cajas bajo los palillos. Ellos tenían sus amores díscolos; sólo debajo de la capa de cemento y mantelería.
¿Si aprietas del dedo se romperá?
Yo me hacía preguntas.
vendredi 9 juillet 2010
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